lunes, 21 de diciembre de 2015

Albert Schweitzer

"El propósito de la vida humana es servir, mostrar compasión y tener voluntad de ayudar a otros".

Albert Schweitzer, fue un médico, filósofo, teólogo, y músico alemán nacionalizado francés, misionero médico en África y Premio Nobel de la Paz en 1952, también conocido por su vida interpretativa de Jesús y su profundo conocimiento de los textos bíblicos. Nació en la provincia de Alsacia y Lorena, en ese entonces parte del Imperio Alemán, hoy Francia. Schweitzer, un luterano, desafió tanto la visión secular de Jesús representado por la metodología histórico-crítica de su época en ciertos círculos académicos, así como la visión tradicional cristiana. Él representaba a Jesús como alguien que, literalmente, creía que el fin del mundo estaba llegando en su propia vida y se creía a sí mismo como un salvador.

Angus Deaton, Premio Nobel de Economía 2015

"El  escape más grande en la historia humana es el escape de la pobreza y la muerte".

domingo, 13 de diciembre de 2015

Vladimir Nabokov

"La curiosidad es insubordinación en su forma más pura"
 
 
Vladimir Nabokov, fue un escritor de origen ruso, nacionalizado estadounidense.
 
Escribió sus primeras obras literarias en ruso, pero se hizo internacionalmente famoso como un maestro de la novela con su obra escrita en inglés, especialmente su novela Lolita (1955), un retrato de la sociedad estadounidense a través de la metáfora del viaje, en cuya trama un hombre de mediana edad se enamora y sostiene una relación con una adolescente. Es conocido también por sus significativas contribuciones al estudio de los lepidópteros y por su creación de problemas de ajedrez.

viernes, 4 de diciembre de 2015

Benito Taibo

"El libro es capote de torero, paraguas para el sol y lluvia, escudo contra las flechas de la estulticia, de la imbecilidad que inundan el cielo. El libro es la almohada para tener los mejores sueños, cama de clavos para tener las más chidas pesadillas, el libro es pañuelo para las lágrimas, bálsamo para las heridas, el libro es este ladrillo que construye ciudadanía, casas, muros, universos. Somos lo que hemos leído, por el contrario seremos la ausencia que los libros dejaron en nuestras vidas".

jueves, 3 de diciembre de 2015

Abraham Estarrona

"Si en verdad quieres ser un gran líder, permite que fluya por tus venas libremente, la sabia de la espiritualidad"

sábado, 28 de noviembre de 2015

Octavio Paz

Les dejo este clásico en audio: "El laberinto de la soledad".

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Stefan Zweig

"No es hasta que nos damos cuenta de que significamos algo para los demás que no sentimos que hay un objetivo o propósito en nuestra existencia".
 
 
Stefan Zweig, fue un escritor, biógrafo y activista social austríaco de la primera mitad del siglo XX, sin parentesco con el escritor Arnold Zweig ni tampoco con la escritora alemana Stefanie Zweig (nacida en 1932).
 
Sus obras estuvieron entre las primeras que protestaron contra la intervención de Alemania en la segunda guerra mundial y fue muy popular entre 1920 y 1930. Escribió novelas, relatos y biografías. De estas últimas, son particularmente conocidas las de María Estuardo y la de Fouché, una obra mitad biografía y mitad novela histórica muy interesante sobre un personaje que nadie ha podido definir mejor ni antes ni después. Otra de sus biografías, la dedicada a María Antonieta,[1] fue adaptada al cine en Hollywood. Tras su suicidio en 1942, su obra fue perdiendo fama progresivamente.

jueves, 26 de noviembre de 2015

José Mujica

"O logras ser feliz con poco y liviano de equipaje, porque la felicidad está dentro tuyo, o no logras nada"

domingo, 22 de noviembre de 2015

El Principito

Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos

—Vete a ver las rosas; comprenderás que la tuya es única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.

El principito se fue a ver las rosas a las que dijo:

—No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Nadie las ha domesticado ni ustedes han domesticado a nadie. Son como el zorro era antes, que en nada se diferenciaba de otros cien mil zorros. Pero yo le hice mi amigo y ahora es único en el mundo.

Las rosas se sentían molestas oyendo al principito, que continuó diciéndoles:

—Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mí rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

Y volvió con el zorro.

—Adiós —le dijo.

—Adiós —dijo el zorro—. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple: sólo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos.

—Lo esencial es invisible para los ojos —repitió el principito para acordarse.

—Lo que hace más importante a tu rosa, es el tiempo que tú has perdido con ella

—Es el tiempo que yo he perdido con ella… —repitió el principito para recordarlo.

sábado, 21 de noviembre de 2015

jueves, 19 de noviembre de 2015

lunes, 16 de noviembre de 2015

Mahatma Gandhi

"El verdadero progreso social no consiste en aumentar las necesidades, sino en reducirlas voluntariamente; pero para eso hace falta ser humildes".

domingo, 15 de noviembre de 2015

Emma Watson

"Niños que fuman y beben desde los 14; creen ganar madurez, la cual llega sola, y en realidad han perdido infancia, la cual nunca vuelve".

viernes, 13 de noviembre de 2015

El Principito

"Es una locura odiar a todas las rosas porque solo una de ellas te pinchó. Renunciar a todos tus sueños porque solo uno de ellos no se cumplió"

sábado, 7 de noviembre de 2015

Mario Benedetti

"Una mujer desnuda y en lo oscuro, tiene una claridad que nos alumbra, de modo que si ocurre un desconsuelo, un apagón o una noche sin luna, es conveniente y hasta imprescindible, tener a mano una mujer desnuda.

Una mujer desnuda y en lo oscuro, genera un resplandor que da confianza, entonces dominguea el almanaque, vibran en el rincón las telarañas, y los ojos felices y felinos, miran y de mirar nunca se cansan.

Una mujer desnuda y en lo oscuro, es una vocación para las manos, para los labios es casi un destino y para el corazón un despilfarro.

Una mujer desnuda es un enigma y siempre es una fiesta descifrarlo. Una mujer desnuda y en lo oscuro genera una luz propia y nos enciende, el cielo raso se convierte en cielo y es una gloria no ser inocente. Una mujer querida y vislumbrada desbarata por una vez la muerte".

Papa Francisco

"No sirve mucho la riqueza en los bolsillos, cuando hay pobreza en el corazón".

sábado, 31 de octubre de 2015

Salvador Allende

"Mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor".

Winston Churchill

"No tengo nada más que ofrecer que sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor".

viernes, 30 de octubre de 2015

Ruben Darío

"No son los muertos los que gozan de la tumba fría, no, muertos son los que van por la vida con el alma muerta y viven todavía"

miércoles, 21 de octubre de 2015

Martín Fierro

"Los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera, tengan unión verdadera en cualquier tiempo que sea, porque si entre ellos pelean los devoran los de afuera"

sábado, 2 de mayo de 2015

jueves, 23 de abril de 2015

Emily Dickinson

"Para viajar lejos, no hay mejor nave que un libro"
 
Emily Dickinson (Amherst, Massachusetts, 10 de diciembre de 1830 - ibídem, 15 de mayo de 1886) fue una poetisa estadounidense, cuya poesía apasionada ha colocado a su autora en el reducido panteón de poetas fundacionales estadounidenses que hoy comparte con Edgar Allan Poe, Ralph Waldo Emerson y Walt Whitman. Aunque provenía de una familia de prestigio y con fuertes lazos con su comunidad, Dickinson vivió gran parte de su vida recluida en su casa. Tras estudiar durante siete años en la Amherst Academy, asistió brevemente al seminario femenino Mount Holyoke, antes de regresar a la casa familiar en Amherst. Considerada una excéntrica por sus vecinos, tenía predilección por vestir siempre ropa blanca y era conocida por negarse a saludar a los invitados, y en los últimos años de su vida, por ni siquiera querer salir de su habitación. Dickinson nunca se casó y la mayoría de amistades que tenía dependían completamente de la correspondencia.
 
Aunque Dickinson era en la intimidad de su hogar una prolífica poetisa, durante su vida no se llegó a publicar ni una docena de sus casi 1800 poemas. El trabajo publicado durante su vida fue alterado significativamente por los editores para adaptarlo a las reglas y convenciones poéticas de la época. Sin embargo, los poemas de Dickinson son únicos en comparación con los de sus contemporáneos: contienen líneas cortas, por lo general carecen de título, contienen rimas consonantes imperfectas (half rhyme) y una puntuación poco convencional. Muchos de sus poemas se centran en temas relacionados con la muerte y la inmortalidad, dos temas también recurrentes en las cartas que enviaba a sus amigos.

Aunque los conocidos de Dickinson probablemente sabían de sus escritos, no fue hasta después de su muerte, en 1886, cuando Lavinia, la hermana pequeña de Dickinson, descubrió los poemas que Emily guardaba y pudo hacerse evidente la amplitud de su obra. Su primera colección de poesías se publicó en 1890 por conocidos personales como Thomas Wentworth Higginson y Mabel Loomis Todd, aunque alteraron significativamente los originales. El erudito Thomas H. Johnson publicó en 1955 una colección completa y en su mayoría sin cambios, la primera de su poesía. A pesar de que tuvo una crítica y recepción desfavorable y escéptica entre finales del siglo XIX y principios del XX, Emily Dickinson está considerada de forma casi universal como uno de los más importantes poetas estadounidenses de todos los tiempos

domingo, 1 de febrero de 2015

domingo, 25 de enero de 2015

"Madres Admirables", Antonio Médiz Bolio

Todos los hombres de todos los tiempos aprendieron a hablar con esta palabra, las luces de los cielos se encendían oyéndola, los árboles de la tierra florecieron escuchándola,  y los pájaros la cantaron en los nidos y en el bramido de las fieras retumbaba.

Cuando nació la vida, todo dijo: ¡Madre Luz! ¡Madre Tierra! ¡Madre Agua!

Se prendieron los fuegos de los sacrificios  en las cimas broncas de las montañas. Y la primera diosa de los hombres, fue madre de aquél que bajaba todos los días a fecundar el mundo desde los cielos llenos de llamaradas.

¡Isis! Dijeron en el ministerio de los templos los sacerdotes de las mitras sagradas.

¡Ceres! Cantaron coronados de rosas los hierofantes de la Hélade Blanca.

¡Astarte! En los mares fenicios gritaban las voces de los nautas; y hace doscientos siglos, en el tiempo, en que el tiempo no se contaba, ¡Knich-Kakmo! ¡Madre de la vida!, ¡Madre de la Fuerza!, ¡Madre de la llama!.

¡Con la gloria mística de los solsticios clamaba en éxtasis nuestros padres mayas!

¡María! En la hora de los evangelios la luz de los cielos desciende a las almas y en medio del claro vuelo de los ángeles sobre los humildes llenos de esperanza.

Mujer que tiene un manto de luceros y el dragón vencido bajo de su planta, mares de dulzura derrama en la tierra que hasta los ojos dolientes levanta, con sed de ternura y hambre de justicia, y con voz de herida humanidad la llama.

¡Madre de Dios! ¡Madre de misericordia! Y ella tiene al pecho siete puñaladas y en los ojos siete estrellas fulgidas y lluvia de dones corren por sus lágrimas.

Dolor infinito y amor sin orillas. Dolor y amor ¡Madre por divina gracia! ¡Dolor y amor altas luces de la vida! Dolor y amor, grandes y eternas palabras. Madre de los hombres, excelso prodigio, chispa de Dios dentro de la arcilla humana.

Madre dolorosa, la que siente al hijo que al llegar al mundo le rompe la entraña. La que luego gime junto al negro túmulo de aquél que ya nunca volverá a besarla.

La que sufre el crudo martirio, sin nombre de los abandonos, que desvelos pagan. Pero que perdona, que perdona siempre y bendice el filo que le hiere el alma.

La que llora el hondo vacío de la ausencia y todas las noches enciende una lámpara y todos los días reza porque vuelva aquél que está lejos y no dice nada.

La que entrega al hijo cuando se lo pide la madre de madres que se llama Patria. La que en el silencio de los campos santos vestida de luto como sombra pasa. Con las manos llenas de flores humildes, con los ojos llenos de fundidas lágrimas.

Madre amorosa que mece la cuna ¡Madre que sonríe, que sueña y que canta! Cuando el niño cierra los ojos que ignoran las cosas terribles que la vida guarda.

La peina y riza los bucles de oro como el sol de fiesta toda iluminada, la que a todo pecho de ilusión respira, la que borda luego la inicial de ensueño mientras los pañales pequeñitos lava, sobre el joven pecho que revientan ansias.

La que besa el lauro que ganó el artista y la cruz que el bravo ganó en la batalla, la que aroma el lecho del galán que busca, besos de quimera en reja romántica o besos prohibidos  en la pecadora fiesta, que sangre de incendio arrebata.

La que por un beso, solo por un beso casto y luminoso sin dormir aguarda.

La que teje el velo nupcial de la hija que de su regazo florido se marcha, a los brazos recios del que se la roba ¡porque así la vida sin piedad lo manda!

¡La que luego enciende fuegos de alegría y con rosas vivas el techo en guirnalda. Cuando el que ha sufrido retorna pidiendo, paz de nido para sus desechas alas, descanso y abrigo para su fatiga, manos que se ponen en sus frías canas, y otra vez canciones que arrullen su sueño y otra vez caricias que curen su alma!

¡Madre de los héroes! ¡Madre de los Mártires!

¡Madre del soldado que cayó en campaña!

¡Madre del que sueña con la gloria arisca!

¡Madre del que busca paz sin encontrarla!

¡Madre del que vence con fortuna y fama!

¡Madre de mendigos y de paladines, de triunfantes próceres y de oscuras parias!

¡Sean benditas en todas las lenguas, por todos los hombres de todas las razas!

¡Madres Admirables! ¡Santas Madres nuestras!

Que nos dieron todo sin pedirnos nada.

"Los de Sable y Guitarra"


Cuando las yeguas ya no den más potros, ni en Paracho se construyan más guitarras, cuando ningún talón sepa de espuelas, ni acicates, ni pialeras, ni rodajas.
Cuando no se levante más el polvo de la Caballería en una de sus cargas; cuando ya nadie más comprenda nada de regatones, cujas y moharras.

Cuando ya se hayan ido para siempre los Centauros Jinetes de mi raza, los que por profesión hacían la guerra, los que por vocación hacían la Patria, los que a la luz del sol daban la vida y a la luz de la luna serenatas, los de historias de amores y amoríos “Los de Sable y Guitarra”.

Cuando ya se hayan ido para siempre con la gloria anidada en sus laureles y el último jinete se haya muerto delirando con cargas y trompetas.

Solo yo sé dónde podré encontrarlos con sus cargas, sus porros y sus sables, solo yo sé dónde estarán entonces “Los de Sable y Guitarra”

Los hallaré en el Cielo de la Gloria, en el mundo infinito de las almas, porque este mundo les quedó muy chico, para la más cortita de las cargas.

Y allá estarán Dragones en el viento, llevando a los relámpagos por sables, cruzando nubarrones con sus pencos, usando las estrellas por rodajas.

Haciendo trepitar al mismo cielo, cargando eternamente hacia la nada, allá estarán cerca de Dios, muy cerca, “Los de Sable y Guitarra”.

"Todo cambia", Julio Numhauser


Cambia lo superficial, cambia también lo profundo, cambia el modo de pensar, cambia todo en este mundo, cambia el clima con los años, cambia el pastor a su rebaño, y así como todo cambia, que yo cambie no es extraño.

Cambia el más fino brillante, de mano en mano su brillo,

Cambia el nido el pajarillo, cambia el sentir su amante,

Cambia el rumbo el caminante, aunque este la cause daño,

Y así como todo cambia, que Yo cambie no es extraño

 

Cambia el sol en su carrera cuando la noche subsiste,

Cambia la planta y se viste de verde en primavera,

Cambia el pelaje la fiera, cambia el cabello en el anciano.

 

Y así como todo cambia, que Yo cambie no es extraño,

Pero no cambia mi amor por más lejos que me encuentre,

Ni el recuerdo, ni el dolor de mi pueblo y de mi gente.

 

Y lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana,

Así como cambio Yo en esta tierra lejana.

 

Cambia todo cambia, cambia todo cambia,

Cambia todo cambia, cambia todo cambia.

 

Pero no cambia mi amor por más lejos que me encuentre,

Ni el recuerdo, ni el dolor de mi pueblo y de mi gente.

Y lo que cambió ayer tendrá que cambiar mañana,

Así como cambio Yo en esta tierra lejana.

 

Cambia todo cambia, cambia todo cambia,

Cambia todo cambia, cambia todo cambia.

sábado, 24 de enero de 2015

"Dios", Jaime Sabines

Me encanta Dios, es un tipo magnífico que no se toma en serio. A Él le gusta jugar y juega, y a veces se le pasa la mano y nos rompe una pierna o nos aplasta definitivamente. Pero esto sucede porque es un poco cegatón y bastante torpe con las manos.

Nos ha enviado unos tipos excepcionales como Buda o Cristo o Mahoma, para que nos diga que nos portemos bien, pero esto a Él no le preocupa mucho. Nos conoce.

Sabe que el pez grande se traga al chico, que la lagartija grande se traga a la pequeña, que el hombre se traga al hombre. Y por eso inventó la muerte, para que la vida, no tú ni yo, la vida, sea para siempre.

Ahora los científicos salen con su teoría del Big Ben, pero ¿Qué importa si el universo se expande interminablemente o se contrae? Esto es asunto solo para agencias de viaje.

A mí me encanta Dios. Ha puesto orden en las galaxias y distribuye bien el tránsito en el camino de las hormigas, y es tan juguetón y travieso que el otro día descubrí que ha hecho, frente al ataque de los antibióticos, bacterias mutantes.

Viejo sabio o niños explorador, cuando deja  de jugar con sus soldaditos de plomo de carne y hueso, hace campos de flores o pinta el cielo de manera increíble.

Mueve una mano y hace el mar, mueve otra y hace el bosque, y cuando pasa por encima de nosotros, quedan las nubes pedazos de su aliento. Dicen que a veces se enfurece y hace terremotos, aguas alevosas, castigos y desastres. Pero eso es mentira, es la tierra que cambia, se agita y crece cuando Dios se aleja.

Dios siempre está de buen humor. Por eso es el preferido de mis padres, el escogido de los hijos, el más cercano de mis hermanos, la mujer más amada, el perrito y la pulga, el aroma más dulce, la noche insondable, el borboteo de la luz, el manantial que soy.

A mí me gusta, a mí me encanta Dios.
Qué Dios bendiga a Dios.

¿Por qué me quité del vicio?


No es por hacerles desaire, es que ya no soy del vicio. Ustedes me lo perdonan, pero es que hace más de cinco años que no bebo copas, aunque ande con los amigos. ¿Qué si me cuadran? ¡harto! Pa´ que he de hacerme el santito, si he sido rete borracho, como pocos lo haigan sido, pero ahora si ya no tomo, aunque me lleven los pingos.

En de antes que me casara comencé con el vicio. Y a luego ya de casado, también le tupí macizo. ¡Pobrecita de mi vieja siempre tan guena conmigo! Por más que la hice sufrir, nunca me perdió el cariño. Era una santa la probe, y yo con ella un endino. No más pa´que no sufriera, me llegué a quitar del vicio, pero poco duró el gusto, la de malas se nos vino y una noche, de repente, quedó como pajarito.

Dicen que jue el corazón, yo no sé lo que haiga sido, pero siento en la conciencia que fue mi vicio cochino que hizo que nos dejara solitos a mí y a mi hijo: un chilpallate de ocho años que quedaba huerfanito a la edad en que hace más falta la madre con sus cariños. Me sentí desesperado de verme solo con mi hijo ¡pobrecita criatura! Mal cuidado, mal vestido siempre solo recordando al ángel que había perdido. Entonces pa´ no pensar volví a darle recio al vicio, porque poniéndome chuco me jallaba más tranquilo, y cuando ya estaba briago casi juera de juicio, parece que mi dijunta taba allí junto conmigo.

Al salir de mi trabajo me iba yo con los amigos y luego ya a medios chiles mercaba yo harto refino y regresaba a mi casa donde me aguardaba mi hijo, y ahí, duro, trago y trago hasta ponerme bien pítido. Y ahí estaba la tarugada, y ahí de antes les he dicho que lueguito vi a mi vieja que llegaba a hablar conmigo, y comenzaba a decirme cosas de mucho cariño y yo a contestar con ella como si juera di al tiro cierto lo que estaba  viendo. En tanto mientras que mi hijo se abrazaba ya sustado diciéndome el probe niño: ¿dónde está mi mamacita? Dime ondi está papacito ¿es verdad que te está hablando? Como yo no la divizo…

¡Pos que no la ve tarugo! Vaya que le haga cariños. Y el probecito lloraba y pelaba sus ojitos buscando reti asustado aquella a quien tanto quiso.

Una noche al regresar de estarle dando al oficio. Llego y al abrir la puerto ¡ay Jesús lo que divizo!

Hecho bola sobre el suelo taba tirado mi niño, risa y risa como un loco y pegando chicos gritos.

¿Qué te pasa? ¿Qué sucede? ¿Te has vuelto loco di al tiro?

Pero entonces en la mesa vi el frasco de refino que yo había dejado lleno, enteramente vacío. Luego, luego me di cuenta y me puso rete guino ¿Qué has hecho escuincle malvado ya bebistes el refino? Pa´que aprendas a ser gueno voy a romperte el hocico. Y entonces con harto susto que le hizo volver al juicio y con una voz de angustia que no he de olvidar me dijo:

¡No me pegues, no me pegues, no soy malo papacito, jue por ver a mi mamacita como cuando habla contigo, jue pa´que ella me besara y me hiciera hartos cariños!
En de entonces ya no tomo, aunque ande con los amigos. No es por hacerles desaire, es que ya no soy del vicio, y cuando creo rajarme porque siento el gusanito de tomarme una copa, no más me acuerdo de mi hijo y entonces sí, ya no tomo, aunque me lleven los pingos.

A la madre...


Yo fui medio consentido por ser el hijo menor, y ya mi hermano mayor me llamaba: el preferido. Razones habrá tenido, que cuando me perseguía, detrás de ella me ponía y ya estaba defendido.

Si mi padre me mandaba a la cama sin cenar, la veía aparecer, haciéndose la enojada y a escondidas me pasaba la parte mía en un plato: ¡y a la próxima, te mato!, me decía y lagrimeaba.

 Aquél era tal mojado de lavar en la pileta, que retorcía tan inquieta, porque alguno le había avisado que su hijo se había peleado con otro chico en las esquina. Y al rato yo aparecía con un ojo amoratado.

Me acuerdo lo que sintió la vez del pantalón largo, fue un momento muy amargo, me miraba, me tocó, decía: ¡como creció, si ayer lo hacía dormir! Y al quererse sonreír, el llanto la traicionó.

Igual que mucho creí que sabía demasiado, por unos labios pintados del lado de ella me fui, y aquél día en que volví, arruinado y amargado, en vez de dejarme de lado, se puso a rezar por mí.

¡Cómo castiga la vida! ¡Cómo traiciona la gente! ¡Cómo se dobla la frente por un plato de comida! No hay uno que no te pida su parte por un favor, y se calcula el valor que pueda tener tu herida. Solo ella, solo ella comprende el dolor de tu mirada, porque su vista cansada desde niños nos entiende. Solo ella te defiende porque eres su misma sangre y solo te da una madre la amistad que no se vende.

Yo quería hacerle versos  como ella los merecía, los empecé tantas veces que no salgo del comienzo, ¡es que a una madre, es que a una madre, yo pienso! ¿Qué? ¿Qué se le puede escribir? Solo se puede decir, en la ternura, en la ternura de un beso.

Desiderata


Camina plácido entre el ruido y la prisa, y piensa en la paz que se puede encontrar en el silencio, en cuanto sea posible y sin rendirte, mantén buenas relaciones con todas las personas.

Enuncia tu verdad de una manera serena y clara, y escucha a los demás, incluso al torpe e ignorante, también ellos tienen su propia historia. Esquiva a las personas ruidosas y agresivas, pues son un fastidio para el espíritu.

Si te comparas con los demás, te volverás vano y amargado, pues siempre habrá personas más grandes y más pequeñas que tú.

Eres parte del universo, igual que la estrella y el mar, tienes derecho a existir. Y lo quieras o no, todo es tuyo. El universo siempre estará como es.

Disfruta de tus éxitos lo mismo que de tus planes, mantén el interés en tu propia carrera por humilde que sea, ellas es un verdadero tesoro en el fortuito cambiar de los tiempos.

Se cauto en tus negocios, pues el mundo está lleno de engaños, más no dejes que esto te vuelva ciego para la virtud que existe. Hay muchas personas que se esfuerzan en alcanzar nobles ideales, la vida está llena de heroísmo. Sé sincero contigo mismo, en especial, no finjas el afecto y no seas sínico en el amor, pues en medio de todas las arideces y desengaños es perene como la hierba.

Acata dócilmente el consejo de los años, abandonando con donaire las cosas de la juventud, cultiva la firmeza del espíritu para que te proteja en las adversidades repentinas. Muchos temores nacen de la fatiga y la soledad, sobre una sana disciplina. Sé benigno contigo mismo, ¡tú eres una criatura del universo! No menos que las plantas y las estrellas, ¡tienes derecho a existir!

Y sea que te resulte claro o no, indudablemente el universo marcha como debiera.

Por eso debes estar en paz con Dios cualquiera que sea tu idea de Él. Y sean cualesquiera tus trabajos y aspiraciones conserva la paz de tu alma en la bulliciosa confusión de la vida, aun con toda su farsa, penalidades y sueños fallidos, es mundo es todavía hermoso. Sé cauto, esfuérzate por ser feliz.

Eres parte del universo, igual que la estrella y el mar, tienes derecho a existir. Y lo quieras o no, todo es tuyo. El universo siempre estará como es.

jueves, 22 de enero de 2015

lunes, 12 de enero de 2015

Nicolás Maquiavelo en "El principe"

"No existe nada más difícil e incierto de realizar, que dirigir la introducción de un nuevo orden de cosas, porque la innovación tiene por enemigos a todos aquellos que han tenido éxito en las condiciones anteriores, y por tibios defensores a quienes pudieran tener éxito con las condiciones nuevas".

Carl Gustav Jung

"Los niños son educados por lo que hace el adulto y no por lo que dice".

domingo, 11 de enero de 2015

Emma Watson...ONU N.YORK, 21 de Sep. 2014. Compaña heforshe

Fui nombrada embajadora de buena voluntad de la ONU hace seis meses y he descubierto que mientras más hablo del feminismo, más caigo en cuenta de que luchar por los derechos de las mujeres es para muchos sinónimo de odiar a los hombres. Y si de algo estoy segura es de que esto tiene que termi
nar. Para el registro, feminismo, por definición, es creer que tanto hombres como mujeres deben tener iguales derechos y oportunidades. Es la teoría política, económica y social de la igualdad de sexos.

Me empecé a cuestionar sobre la igualdad entre los géneros hace mucho tiempo. A los ocho años, por ejemplo, me preguntaba por qué me llamaban mandona por querer dirigir una obra para nuestros padres cuando a los chicos no les decían lo mismo. A los 14, (cuando ya trabajaba en el cine), comencé a ser sexualizada por ciertos grupos de la prensa. A los 15, mis amigas rechazaban unirse a equipos deportivos para no parecer masculinas. A los 18, mis amigos varones eran incapaces de manifestar sus sentimientos. Entonces decidí que era feminista.

Esto no parecía complicado para mí, pero mis investigaciones recientes me han demostrado que feminismo se ha vuelto una palabra poco popular. Las mujeres han decidido no identificarse como feministas por que, aparentemente, ante los ojos de otros, esta expresión las hace ver agresivas, anti- hombres y hasta poco atractiva. ¿Por qué se ha convertido en una palabra incómoda?

Yo nací en el Reino Unido y creo que es justo que me paguen lo mismo que a mis compañeros varones. Creo que es lo debido que yo pueda tomar decisiones sobre mi propio cuerpo y que las mujeres sean parte de las políticas y decisiones que afectarán a mi vida. Creo que, socialmente, merezco el mismo respeto que un hombre. Pero, lamentablemente, puedo decir que no existe un solo país en el mundo en el que todas las mujeres puedan ver estos derechos cristalizados. Ningún país en el mundo puede decir que ha alcanzado por completo la igualdad de género. Estos derechos, que yo considero derechos humanos, no son para todas… soy una de las pocas afortunadas.

Me considero privilegiada porque mis padres no me quisieron menos por haber nacido mujer y porque en mi escuela no me limitaron por serlo. Mis mentores (en la actuación) no asumieron que yo llegaría menos lejos por la posibilidad de que en algún momento me convierta en madre. Y estas son las influencias que me han hecho la persona que soy hoy. Ellos pueden no saberlo pero ellos son los embajadores de igualdad que están cambiando el mundo. Necesitamos más como ellos. Y si todavía odias la palabra feminismo, te diré que no es la palabra lo importante. Es la idea y la ambición que hay detrás, porque no todas las mujeres tienen los mismos derechos que yo tengo hoy. En realidad, estadísticamente, muy pocas los tienen.

En 1997, Hillary Clinton dio un famoso discurso en Beijing sobre los derechos de las mujeres. Lamentablemente, aquellas cosas que ella deseaba cambiar en esa época son hoy todavía una realidad. Menos del 30% de los que le oían eran varones. ¿Cómo podemos esperar un cambio cuando la mitad de ellos está invitado a participar de la conversación?

Hombres, me gustaría tomar esta oportunidad para hacerles llegar una invitación formal. La igualdad de género también es tu problema. Hasta la fecha, veo como el rol de mi padre es valorado menos por la sociedad pese a que ha sido igual de importante en mi vida que mi madre. También he visto a hombres aguantando el dolor de una enfermedad mental por miedo a pedir ayuda porque eso los hará ver menos masculinos. De hecho, el suicidio en el Reino Unido es lo que más hombres mata. Los he visto asustados de lo que se les indica que es el éxito para un varón porque los hombres tampoco tienen los beneficios de la igualdad.

No hablamos sobre hombres encarcelados por los estereotipos de su género, pero allí están. Si al hombre no se le hace creer que tiene que ser agresivo, la mujer no será sumisa. Si al hombre no se le enseña que tiene que ser controlador, la mujer no será controlada. Ambos. Hombres y mujeres deben sentirse libres de ser fuertes. Es hora de que veamos a los géneros como un conjunto en vez de como un juego de polos opuestos. Debemos parar de desafiarnos los unos a los otros. Ambos podemos ser más libres y de esto es de lo que se trata la campaña: de libertad.

Quiero que los hombres se comprometan para que así sus hijas, hermanas y madres se liberen del prejuicio y también para que sus hijos se sientan con permiso de ser vulnerables, humanos y una versión más honesta y completa de ellos mismos.

Ustedes deben pensar: ¿Quién es esta chica de “Harry Potter” y qué hace aquí en la ONU? Pues es una muy buena pregunta, yo también me la he estado haciendo. Pero todo lo que sé ahora es que, realmente, me interesa este problema y quiero ayudar a que las cosas mejores. Habiendo visto lo que he visto y teniendo la oportunidad de hacer algo para cambiarlo, es mi responsabilidad decir algo.

Edmund Burke decía que todo lo que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos y las mujeres buenas no hagan nada.

En mi nerviosismo por este discurso… en mis momentos de duda me digo firmemente: “Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo? Si tienes dudas cuando se te presenta una oportunidad, espero que estas palabras te sean útiles. Porque la realidad es que si no hacemos nada hoy, van a tener que pasar 75 años o quizás 100 para que una mujer pueda esperar recibir el mismo salario que un hombre por el mismo trabajo. Más de 15 millones de niñas serán forzadas a casarse en los próximos 16 años y, al mismo ritmo, no será hasta el 2086 que las mujeres de las áreas rurales de África puedan ir a la escuela secundaria.

Si crees en la igualdad, debes ser uno de esos feministas de las que hable poco antes y por eso yo te aplaudo. Para hacer el cambio necesitamos estar unidos y las buenas noticias son que ahora tenemos una organización unida. Te invito a que te dejes ver y que te preguntes: Si no soy yo, ¿quién? Si no es hoy, ¿cuándo? Muchas gracias

sábado, 10 de enero de 2015

Divagación, Rubén Darío

¿Vienes? Me llega aquí, pues que suspiras,
un soplo de las mágicas fragancias
que hicieron los delirios de las liras
en las Grecias, las Romas y las Francias.

¡Suspira así! Revuelen las abejas,
al olor de la olímpica ambrosía,
en los perfumes que en el aire dejas;
y el dios de piedra se despierta y ría.

Y el dios de piedra se despierte y cante
la gloria de los tirsos florecientes
en el gesto ritual de la bacante
de rojos labios y nevados dientes:
En el gesto ritual que en las hermosas
Ninfalias guía a la divina hoguera,
hoguera que hace llamear las rosas
en las manchadas pieles de pantera.

Y pues amas reír, ríe, y la brisa
lleve el son de los líricos cristales
de tu reír, y haga temblar la risa
la barba de Términos joviales.

Mira hacia el lado del boscaje, mira
blanquear el muslo de marfil de Diana,
y después de la Virgen, la Hetaíra
diosa, blanca, rosa y rubia hermana.

Pasa en busca de Adonis; sus aromas
deleitan a las rosas y los nardos;
síguela una pareja de palomas,
y hay tras ella una fuga de leopardos.

¿Te gusta amar en griego? Yo las fiestas
galantes busco, en donde se recuerde,
al suave son de rítmicas orquestas,
la tierra de la luz y el mirto verde.

(Los abates refieren aventuras
a las rubias marquesas. Soñolientos
filósofos defienden las ternuras
del amor, con sutiles argumentos,
mientras que surge de la verde grama,
en la mano el acanto de Corinto,
una ninfa a quien puso un epigrama
Beaumarchais, sobre el mármol de su plinto.

Amo más que la Grecia de los griegos
la Grecia de la Francia, porque Francia,
al eco de las Risas y los Juegos,
su más dulce licor Venus escancia.

Demuestran más encantos y perfidias,
coronadas de flores y desnudas,
las diosas de Glodión que las de Fidias;
unas cantan francés, otras son mudas.

Verlaine es más que Sócrates; y Arsenio
Houssaye supera al viejo Anacreonte.
En París reinan el Amor y el Genio.
Ha perdido su imperio el dios bifronte.

Monsieur Prudhomme y Homais no saben nada.
Hay Chipres, Pafos, Tempes y Amatuntes,
donde el amor de mi madrina, un hada,
tus frescos labios a los míos juntes).

Sones de bandolín. El rojo vino
conduce un paje rojo. ¿Amas los sones
del bandolín, y un amor florentino?
Serás la reina en los decamerones,
la barba de los Términos joviales.

(Un coro de poetas y pintores
cuenta historias picantes. Con maligna
sonrisa alegre aprueban los señores.

Clelia enrojece, una dueña se signa).
¿O un amor alemán??que no han sentido
jamás los alemanes?: la celeste
Gretchen; claro de luna; el aria; el nido
del ruiseñor; y en una roca agreste,
la luz de nieve que del cielo llega
y baña a una hermosa que suspira
la queja vaga que a la noche entrega
Loreley en la lengua de la lira.

Y sobre el agua azul el caballero
Lohengrín; y su cisne, cual si fuese
un cincelado témpano viajero,
con su cuello enarcado en forma de S.

Y del divino Enrique Heine un canto,
a la orilla del Rhin; y del divino
Wolfang la larga cabellera, el manto;
y de la uva teutona el blanco vino.

O amor lleno de sol, amor de España,
amor lleno de púrpuras y oros;
amor que da el clavel, la flor extraña
regada con la sangre de los toros;
flor de gitanas, flor que amor recela,
amor de sangre y luz, pasiones locas;
flor que trasciende a clavo y a canela,
roja cual las heridas y las bocas.

¿Los amores exóticos acaso...?

Como rosa de Oriente me fascinas:
me deleitan la seda, el oro, el raso.
Gautier adoraba a las princesas chinas.
¡Oh bello amor de mil genuflexiones:
torres de kaolín, pies imposibles,
tasas de té, tortugas y dragones,
y verdes arrozales apacibles!

Ámame en chino, en el sonoro chino
de Li-Tai-Pe. Yo igualaré a los sabios
poetas que interpretan el destino;
madrigalizaré junto a tus labios.
Diré que eres más bella que la Luna:
que el tesoro del cielo es menos rico
que el tesoro que vela la importuna
caricia de marfil de tu abanico.

Ámame japonesa, japonesa
antigua, que no sepa de naciones
occidentales; tal una princesa
con las pupilas llenas de visiones,
que aun ignorase en la sagrada Kioto,
en su labrado camarín de plata
ornado al par de crisantemo y loto,
la civilización del Yamagata.

O con amor hindú que alza sus llamas
en la visión suprema de los mitos,
y hacen temblar en misteriosas bramas
la iniciación de los sagrados ritos.

En tanto mueven tigres y panteras
sus hierros, y en los fuertes elefantes
sueñan con ideales bayaderas
los rajahs, constelados de brillantes.

O negra, negra como la que canta
en su Jerusalén al rey hermoso,
negra que haga brotar bajo su planta
la rosa y la cicuta del reposo...

Amor, en fin, que todo diga y cante,
amor que encante y deje sorprendida
a la serpiente de ojos de diamante
que está enroscada al árbol de la vida.

Ámame así, fatal cosmopolita,
universal, inmensa, única, sola
y todas; misteriosa y erudita:
ámame mar y nube, espuma y ola.

Sé mi reina de Saba, mi tesoro;
descansa en mis palacios solitarios.
Duerme. Yo encenderé los incensarios.
Y junto a mi unicornio cuerno de oro,
tendrán rosas y miel tus dromedarios

...(El Mejor discurso del mundo), Charles Chaplin en "El Gran Dictador"

"Lo siento, no quiero ser emperador. No es mi oficio. No quiero mandar ni conquistar a nadie. Quisiera ayudar a todos si fuera posible: judíos, gentiles, negros, blancos.

Todos querermos ayudarnos el uno al otro. Los seres humanos somos así. Queremos vivir según la felicidad de otros, no su desgracia.

No queremos odiarnos el uno al otro. En este mundo hay lugar para todos y nuestra Tierra es rica y puede mantener a todos. Nuestra vida puede ser libre y hermosa. Pero hemos perdido el rumbo. La codicia ha envenenado el alma del hombre. Ha armado barricadas de odio en el mundo. Nos ha sumergido en la desgracia y guerra.

Hemos desarrollado velocidad, pero nos encerramos en nosotros mismos. Las máquinas que están diseñadas para darnos abundancia nos dejan queriendo más. Nuestros conocimientos nos han vuelto cínicos. Nuestra inteligencia duros y desconsiderados. Pensamos demasiado y sentimos demasiado poco. Más que máquinas necesitamos humanidad. Más que inteligencia, cortesía y bondad.

Sin estas cualidades la vida será violenta y todo estará perdido. Los aviones y las radios nos han acercado. Y la naturaleza misma de estos inventos habla de lo bueno que hay en el hombre. Habla por una fraternidad universal y la unión de todos nosotros. Aún ahora, mi voz llega a millones a través del mundo. Millones de hombres, mujeres y niños desdichados. Víctimas de un sistema que lleva al hombre a torturar y encarcelar a personas inocentes.

Para aquellos que pueden escucharme les digo: No desesperen. La desgracia que nos aqueja no es más que la muerte de la codicia. El resentimiento de hombres que temen el progreso de la humanidad. El odio de estos hombres pasará y las dictaduras morirán. Y el poder que le quitaron al pueblo volverá al pueblo.

Y mientras que hayan hombres dispuestos a dar su vida por ella, la libertad no dejará de existir.

¡Soldados! ¡No se entreguen a los brutos! Hombres que los desprecian y esclavizan. Que reglamentan sus vidas. Que les dicen qué hacer, qué pensar y qué sentir. Que los martirizan, tratan como ganado o carne de cañón. No se entreguen a estos hombres anti naturales. Hombres máquina. Con mentes de máquina y corazones de máquina. Ustedes no son máquinas. No son ganado. Son hombres.

Tienen el amor de la humanidad en sus corazones. No odian, ni viven para el odio. Rechazan lo anti natural. Soldados, no peleen por la esclavitud. Peleen por la libertad. En el capítulo 17 de San Lucas está escrito: El reino de Dios está dentro del hombre. No un sólo hombre. No un grupo de hombres. Sino todos los hombres.

Y ustedes el pueblo tienen el poder. El poder de crear máquinas. De crear felicidad. Ustedes el pueblo tienen el poder de hacer esta vida libre y hermosa. De hacer esta vida una maravillosa aventura. Entonces en el nombre de la democracia, ¡ejerzamos ese poder!
A unirnos todos. Peleemos por un mundo nuevo. Un mundo decente, que le de a todos los hombres la oportunidad de trabajar. Que nos de a todos un futuro y a todas las edades, seguridad. Prometiendo estas cosas, brutos llegaron al poder. Pero mienten, no tienen intención de cumplir esa promesa. Nunca lo harán.

Los dictadores se liberan a si mismos pero esclavizan al pueblo. Luchemos nosotros ahora para cumplir esa promesa. Luchemos para hacer al mundo libre. Para acabar las barreras entre los países, para acabar con la codicia, el odio, la intolerancia. Peleemos por un mundo en que reine la razón. Un mundo donde la ciencia y el progreso lleven a la felicidad de todos los hombres.

Soldados, en nombre de la democracia: ¡unámosnos todos ya!"

Jaime Sabines

Siempre estás a mi lado y yo te lo agradezco.

Cuando la cólera me muerde o cuando estoy triste, untado con el bálsamo de la tristeza como para morirme, apareces distante, intocable, junto a mí.

Me miras como a un niño y se me olvida todo, y yo solo te quiero alegre y dolorosamente. He pensado en la adoración de Dios, en la manteca y azufre de la locura, en todo lo que podido mirar en mis breves días. Tú eres como la leche del mundo, te conozco, estás siempre a mi lado más que yo mismo, que puedo darte sino el cielo.

Recuerdo que los poetas han llamado a la luna con mil nombres: medalla, ojo de Dios, globo de plata, moneda de miel, mujer, gota de aire…pero la luna está en cielo y solo es luna. Inagotable, milagrosa como tú.

Yo quiero llorar a veces furiosamente, por no sé qué, por algo, porque no es posible poseerte y poseer nada…dejar de estar solo. Con la alegría que nace de un poema o con la ternura que en las manos de los abuelos tiemblan, te aproximas a mí y me construyes en la balanza de tus ojos, en la fórmula mágica de tus manos.

Un médico me ha dicho que tengo el corazón de bota, alargado como una gota. Y yo lo creo porque me siento como una gruta en que perpetuamente cae, se regenera y cae perpetuamente. Bendita entre todas las mujeres tú que no estorbas, tu que estás a la mano como el bastón del ciego, como el carro del paralítico.

Virgen aún para el que te posee, desconocida siempre para el que te sabe, qué puedo darte sino el infierno. Desde el oleaje de tu pecho en que naufraga lentamente mi rostro, te miro a ti, hacia abajo hasta la punta de tus pies en que principia el mundo. Piel de mujer te has puesto, suavidad de mujer y húmedos órganos en que penetro dulcemente. Estatua derretida, manos derrumbadas con que te toca la fiebre que soy y el caos que soy te preserva.

Mi muerte flota sobre ambos y tú me extraes de ella como el agua de un pozo. Agua para la sed de Dios que soy entonces, agua para el incendio de Dios que alimento.

Cuando la hora vacía sobreviene, sabes pasar tus dedos como un ungüento, pasarlos en los ojos emplumados, reír con la yema de tus dedos.

¿Qué puedo darte sino la tierra?

Sembrado en el estiércol de los días, miro crecer mi amor como los árboles a que nadie ha trepado y cuya sobra seca la hierba y da fiebre al hombre. Imperfecta, mortal, hija de hombres, verdadera. Te usurpo, ya lo sé, diariamente. Y tu piedad me usa a todas horas y me quieres a mí y yo soy entonces como un hijo nuestro largamente deseado.

Quisiera hablar de ti a todas horas en un congreso de sordos, enseñar tu retrato todos los ciegos que encuentre.

Quero darte a nadie para que vuelvas a mí sin haberte ido. En los parques en que hay pájaros y un sol en hojas por el suelo, donde se quiere dulcemente a las solteronas que miran a los niños, te deseo, te sueño.
 
Que nostalgia de ti cuando no estás ausente. Te invito a comer uvas esta tarde, o a tomar café si llueve, y a estar juntos siempre, siempre…hasta la noche.

El Brindis que faltó, Cor. Inf. Juan Barraza Beltrán

Si en una mesa de cantina,

regocijadamente departían en una noche de invierno

seis alegres bohemios, según “Aguirre y Fierro”,

y después de haber hablado 4, dijo: solo faltaba Arturo,

¿por qué si eran seis, hablaron cinco?...
 

Yo os lo voy a decir ahorita presto:

Empezaron a libar desde temprano…

Y como siempre sucede en las cantinas,

hubo risas, bromas, versos y copas…
 

De los seis que libaban esa noche,

y que de inmensa alegría hacían derroche;

un soldado entre ellos destacaba…

era joven…bohemio, enamorado…

pero ante que todo, repito: ¡era un soldado!

 
Él pensaba también hacer un brindis,

pero habiendo a tomar muy temprano comenzado;

sin darse cuenta y sin él quererlo…

profundamente se quedó dormido.


Así es que el brindis que había pensado,

en su cerebro se quedó escondido;

si “morfeo” y “baco” lo hubieran permitido,

he aquí; lo que el joven soldado hubiese hablado:
 

Ya brindaron Ustedes por la vida…el amor y por las flores…

y lo hicimos también por las mujeres…

ya brindaron por el año que comienza,

y lo hicimos también por la esperanza…

ya Raúl brindó por su pasado,

y Juan lo hizo por la prenda amada…

y Arturo, nuestro amigo más noble;

el bohemio más puro e inspirado...

al evocar de nuestra existencia al ser más sagrado,

hizo sentirnos su dolor… y hemos llorado.
 

Ahora yo voy a brindar con su permiso:

como todos sabéis, yo soy soldado;

y como tal, para mi existe algo aún más sagrado…

una madre también, pero ¡más grande!

por la madre que aun después de muertos

en su lecho nos guarda para siempre…

¡por la madre que palpamos y que siente

lo que hacemos sus hijos mexicanos!

Yo brindo por la patria, compañeros;

por mi patria adorada y respetable,

por la patria que a amarla me enseñaron desde niño;

y a la que amo y amaré toda la vida…

¡por la patria y lo que representa!

yo la quiero, lo siento desde niño;

porque en ella nací, mi patria santa

y por sentirme de ella más amado

y servirle mejor…¡soy un soldado!
 

Pertenezco al Ejercito que vela

porque nunca jamás sea mancillada,

porque íntegra sea e independiente;

porque nunca sus leyes sean violadas

aunque riegue en el suelo de sus hijos sangre ardiente.
 

Porque ayer, al jurarle a mi bandera,

serle fiel a mi patria hasta que muera;

le he entregado mi fe, mi amor, la vida entera;

y si volviera a nacer a Dios pidiera,

otra vez a la patria, como soldado le sirviera.
 

Quisiera que sintieran lo que yo siento,

que pudiera burlar en su alma el sentimiento…

que emocionados como yo: griten al viento…

¡te amo patria, como nunca amara!

¡te amo patria, porque eres mía!

porque tú eres mi llanto y mi alegría.

 
¡Patria, patria mía!

con mi risa y mis lágrimas de hombre,

tiemblo de amor al pronunciar tu nombre;

al venerar tu lábaro y al escuchar de tu himno…

“que pienses patria que en cada hijo,

un soldado te dio nuestro suelo;

que recibas laurel de victoria,

que te cubran guirnaldas de oliva,

¡patria, patria hermosa,  que amaré mientras vida!

lunes, 5 de enero de 2015

¡Que suerte!

¡Que suerte!

Que suerte he tenido de nacer, para estrechar la mano de un amigo y poder asistir como testigo al milagro de cada amanecer.

Que suerte he tenido de nacer,
Para tener la opción de la balanza, sopesar la derrota y la esperanza, con la gloria y el miedo de caer.

Que suerte he tenido de nacer,
Para entender que el honesto y el perverso son dueños por igual del universo aunque tengan distinto parecer.

Que suerte he tenido de nacer,
Para callar cuando habla el que más sabe, aprender a escuchar esa es la clave si se tienen intenciones de saber.

Que suerte he tenido de nacer,
Y lo digo sin falsos triunfalismos, la victoria total, la de sí mismo, se concreta en el ser y el no ser.

Que suerte he tenido de nacer,
Para cantarle a la gente, y a la rosa y al perro y al amor y a cualquier cosa que pueda el sentimiento recoger.

Que suerte he tenido de nacer,
Para tener acceso a la fortuna, de ser río en lugar de ser laguna, de ser lluvia en lugar de ver llover.

Que suerte he tenido de nacer,
Para comer a conciencia la manzana sin el miedo ancestral a la sotana o a la venganza final de lucifer.

Sí, que suerte he tenido de nacer,
Pero sé, bien que sé, que algún día también me moriré. Y si ahora vivo contento con mi suerte, sabe Dios que pensaré cuando mi muerte, cuál será en la agonía mi balance, no lo sé, nunca estuve en ese trance.

Pero sé, bien que sé, que en el viaje final escucharé el ambiguo teñir de las campanas. Saludándome a Dios y otra mañana u otra voz que como yo, con otro acento,  cantará a los cuatro vientos, ¡que suerte! ¡que suerte he tenido de nacer!

Víspera, Pedro Salinas

¡Qué gran víspera el mundo!
No había nada hecho.
Ni materia, ni números,
ni astros, ni siglos, nada.

El carbón no era negro
ni la rosa era tierna.
Nada era nada aún.

¡Qué inocencia creer
que fue el pasado de otros
y en otro tiempo, ya
irrevocable, siempre!

No, el pasado era nuestro
no tenía ni nombre.
Podíamos llamarlo
a nuestro gusto; estrella,
colibrí, teorema,
en vez de así, "pasado";
quitarle su veneno.

Un gran viento soplaba
hacia nosotros minas,
continentes, motores.

¿Minas de qué? Vacías.
Estaban aguantando
nuestro primer deseo,
para ser enseguida
de cobre, de amapolas.

Las ciudades, los puertos,
flotaban sobre el mundo
sin rumbo todavía:
esperaban que tú
les dijeses: "Aquí",
para lanzar sus barcos,
las máquinas, las fiestas.

Máquinas impacientes
de sin destino, aún;
porque harían la luz
si tu se lo mandabas,
o las noches de otoño
si las querías tu.

Los verbos, indecisos,
te miraban los ojos
como los perros fieles,
trémulos. Tu mandato
iba a marcarles ya
sus rumbos, sus acciones.
¿Subir? Se estremecía
su energía ignorante.
¿Sería ir hacia arriba subir?
¿E ir hacia dónde
sería descender?

Con mensajes antípodas,
a luceros, tu orden
iba a darles conciencia
súbita de su ser,
de volar o arrastrarse.

El gran mundo vacío,
sin empleo, delante
de ti estaba: su impulso
se lo darías tú.

Y junto a ti vacante
por nacer, anheloso,
con los ojos cerrados,
preparado ya el cuerpo
para el dolor y el beso,
con la sangre en su sitio,
yo, esperando
-ay, si no me mirabas-
a que tú me quisieses
y me dijeras: "Ya"

El vino

Sí señor, sí señor...

El vino puede sacar cosas que el hombre se calla, que deberían salir cuando el hombre bebe agua; va buscando pecho adentro por los silencios del alma y les va poniendo voces y los va haciendo palabras, a veces saca una pena que por ser pena es amarga, sobre su palco de fuego la pone a bailar descalza, baila y bailando se crece, hasta que el vino, se acaba. Y entonces vuelve la pena a ser silencio del alma.

Sí señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla, cosas que queman por dentro,  cosas que pudren el alma, de los que bajan los ojos, de los que esconden la cara. El vino entonces libera, la valentía encerrada y los disfraza de machos como por arte de magia y entonces son brabucones, hasta que el vino se acaba, pues del matón al cobarde solo media la resaca.

Sí señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla, cambia el prisma de las cosas cuando más les hace falta, a los que llevan sus culpas como una cruz en la espalda. La impura, se siente pura, como cuando era muchacha y el cornudo regatea la medida de sus astas, y todo tiene colores de castidad simulada, pues siempre acaban el vino, los dos, en la misma cama.

Sí señor, el vino puede sacar cosas que el hombre se calla. Pero que lindo es el vino, el que se bebe en la casa del que está limpio por dentro y tiene brillando el alma, que nunca le tiembla el pulso cuando pulsa una guitarra, que no le falta un amigo ni noches para gastarlas, que cuando tiene un pecado siempre se nota en su cara, que bebe el vino por vino, y bebe el agua por agua.

A mi padre

Oye, negra ¿ te puedo hablar?
Ya los chicos se han dormido, así que, así que deja el tejido
que después te equivocas.

Hoy te quiero preguntar, ¿por qué motivo las madres amenazan a sus hijos con ese estribillo fijo de ¡ah, cuando venga tu padre...!

Y con tu padre de aquí, y con tu padre de allá, resulta de que al final, al verme llegar a mí, lo ven entrar a Caín y escapan por todos lados.

Y yo, que vengo cansado de trabajar todo el día, recibo de bienvenida una lista de acusados, tu empiezas con tus quejas y yo tengo que enojarme. Igual que hacía mi padre al escuchar a mi vieja, entraba a fruncir la ceja apoyando a ese fiscal, que en medio del temporal se erigía defensora. Lo mismo que tu ahora que siempre me dejas mal: "si los perdono, que ejemplo, ¡es así como los educas!, si los castigo, eres un bruto no tienes sentimientos.

A mí, a mí que llegué contento y no tuve más remedio que poner cara de serio y escuchar tu letanía. A mí, a mi que paso el día pensando en jugar con ellos.

Yo sueño en llegar a casa y olvidarme felizmente del trabajo, de la gente, y de todo lo que pasa. Los hijos son la esperanza y el porque de nuestras vidas, por eso nunca les digas: "ah, cuando venga tu padre"

No quiero encontrar culpables, quiero encontrar alegría, que no me pongas de escudo como lo hacía mi madre, que consiguió que a mi padre lo imaginara un verdugo, Él llegaba y te aseguro que se acababan las risas, y en lugar de una caricia o hablarle como a un amigo, lo miraba con pungido presintiendo una paliza. Y pobre, que me entendía, sacudiendo la cabeza, escuchaba con tristeza lo que mi madre decía, y que Él, y que Él de sobra sabía: "que con este no se puede, que me pinta las paredes, que trajo la suela rota, que la calle, la pelota, que me saca canas verdes...a la cama sin cenar, aburrido me ordenaba.

Mi madre me consolaba y yo, y yo lo culpaba a Él. A Él que había llegado recién de trabajar cansado y ya lo había yo amargado con todas mis travesuras.

Los hijos nunca analizan el sentimiento del padre, porque el brillo de la madre están fuerte que lo eclipsa, solo le hacemos justicia cuando nos toca a vivir a nosotros el problema.

¡Ay! si mi padre viviera, que recién lo comprendí, y por qué nunca me dijo lo mucho que me quería, si hoy yo sé cuanto sufría al ver enfermo a su hijo, porque me miraba fijo el primer pantalón largo, y sé, y sé que hasta me habrá besado cuando yo estaba dormido.

Hoy que todo lo comprendo, ¿por qué no estas a mi lado? ¿por qué no estas ahora para besarte bien fuerte viejo lindo y ofrecerte mi cariño a todas horas?

Ves a tu hijo que llora, pero llora con razón, porque te pide perdón pensando en aquellos días en que ciego no veía que eras puro corazón.

Déjame negra, que llore, ¡es tan lindo desahogarse!

En fin, veamos, veamos que hacen nuestros futuros señores.

¡Mira esos pantalones! Tápale un poco a la nena. Si, si, ya sé, no me lo digas, hoy se fue a la calle sola. Acuéstate rezongona, mañana, mañana será otro día.

Morir, Herman Hess

Yo ya he muerto mil veces y volveré  a morir otras mil.

He muerto entre flores y cipreses, en mayo y en diciembre
y en el mes de abril, bajo un árbol, en la húmeda arena, bajo el rayo del sol, y sin gloria ni pena.

Pero, habré de volver entre flores, entre prados multicolores.

Volveré como un ave, quizá como un pez, como una rana
o un ciervo, quizá un ciempiés.

Y aunque así retorne tan adolorido a un mundo de
penas, nunca redimido,

Temblaré mi flecha, clamaré al cielo
y haré que se renueve mi anhelo
de matar la maldad y el encono,
de olvidar la malicia, el odio y el celo
y alabar a Dios en su Gloria.

Instantes, Jorge Luis Borges

Si pudiera vivir nuevamente mi vida
en la próxima trataría de cometer más errores.
No trataría de ser tan perfecto, me relajaría más.

Sería más tonto de lo que he sido; de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.

Correría más riesgos, haría más viajes, contemplaría
más atardeceres, subiría más montañas, nadaría más ríos,
iría a más lugares a donde nunca he ido,
comería más helados y menos habas, tendría más
problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida; claro que tuve
momentos de alegría pero si pudiera volver el tiempo atrás
trataría de tener solamente buenos momentos.

Yo era uno de esos que nunca iban a ninguna parte sin un
termómetro, una bolsa de agua caliente, un paraguas
y un paracaídas.

Si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.
Si pudiera volver a vivir, comenzaría a andar descalzo
a principios de la primavera y seguiría así hasta concluir
el otoño.

Daría más vueltas en calesita, contemplaría más
amaneceres y jugaría con más niños.
Si tuviera otra vez vida por delante...

Pero tengo 85 años y se que me estoy muriendo.